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UNIDAD 3

El hábito del Buen Humor

  • Menos lamentos y murmuraciones, más agradecimiento.

  • Menos sentimientos derrotistas, más actitud de proponer soluciones.

  • Descubrir los problemas como retos y la enfermedad como aprendizaje de Amor.

  • Pedir a Dios la Fuerza para cambiar lo que se puede, la Paz para aceptar lo inamovible, y la sabiduría para saber diferenciar cada una de ellas.

  • Reconocer que Dios no nos manda tragedias, somos sus hijos: Lo que sí hace, es permitir las consecuencias de lo que decidimos libremente, sea malicioso o bondadoso.

  • Deja ir lo que no tenga remedio, entrégalo a Dios, porque no podemos cargar con lo que nos aplasta.

  • Ríete de ti mismo, no te tomes tan en serio, para eso es necesario volver a la humildad.

 

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Y finalmente haz la oración para pedir el BUEN HUMOR, DE santo Tomás MORO:

         

 “Concédeme, Señor, una buena digestión,

 y también algo que digerir.

 

 Concédeme la salud del cuerpo,

 Con el buen humor necesario para mantenerla.

 

 Dame, Señor, un alma santa que sepa aprovechar

 lo que es bueno y puro, para que no se asuste ante

 el pecado, sino que encuentre el modo de poner

 las cosas de nuevo en orden.

 

 Concédeme un alma que no conozca el aburrimiento,

las murmuraciones, los suspiros y los lamentos y no

permitas que sufra excesivamente por ese ser tan

dominante que se llama: YO.

 

Dame, Señor, el sentido del humor.

Concédeme la gracia de comprender las bromas,

para que conozca en la vida un poco de alegría y

pueda comunicársela a los demás.

 

Así sea.       

                                                  

 

 

    RETOS:

 

  • Al principio, ya caer en cuenta de que estás hablando negativamente, será una conquista, pero luego, vas a poder ir transformando la queja en propuesta de solución, en bendición y agradecimiento, incluso por lo que parece difícil. Te convertirás en un líder que jalona a los demás para la superación en la búsqueda y el alcance del bien común. Tu Paz será abundante y expansiva.

  • Copia la oración de Santo Tomás Moro, y la haces en voz alta, orando frente al espejo. Esto te hará tomar conciencia de lo que estás pidiendo a Dios y queriendo trabajar en ti.

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Antes de pasar a la siguiente unidad,

te sugerimos desarrollar este hábito por un período de una semana.

Una vez lo tengas afianzado, será mucho más beneficioso continuar tu proceso.

Gracias por tu confianza.

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